El nuevo sitio Migrantes Hoy, creación conjunta de la Iglesia latinoamericana (CELAM) y de la estadounidense (USCCB), señaló un nuevo récord histórico en las expulsiones de los Estados Unidos. Muchísimos guatemaltecos sorprendidos sin documentos fueron repatriados a su país de origen.
Se trata de 41.000 guatemaltecos que fueron expulsados del teritorio estadounidense entre enero y fines de octubre de 2013; muchos más de los que corrieron la misma suerte en 2012. Pero podrían llegar a ser 50.000 antes de que termine el año, según las previsiones de la Dirección general para la inmigración de Guatemala. La situación de los hondureños no es muy diferente, pues alrededor de 30.000 habrían sido deportados en los que va del año. Y justamente sobre ellos habló el cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, coordinador del grupo de consejeros del Papa (el llamado “C8”) que se están encargando de las propuestas para reformar la Curia romana.
El purpurado hondureño pronunció palabras muy fuertes, según indicó la revista católica de Tegucigalpa “Fides”, en contra de la criminalización de los migrantes. Cada día, afirmó, jóvenes hondureños son capturados y deportados por las autoridades migratorias estadounidenses porque no cuentan con los documentos necesarios para vivir en el país. Pero los que se van de Honduras, declaró, «no son delincuentes, se van para ayudar a sus familias».
Maradiaga, que también es presidente de la Caritas Internationalis, indicó que el 42% de la población de Honduras está compuesto por menores de 15 años que no tienen grandes oportunidades en el propio país, por lo que emprenden el viaje hacia los Estados Unidos para mejorar sus oportunidades de vida y para tratar de ayudar a sus respectivas familias. «Miran los programas estadounidenses en la televisión –explicó el purpurado– y la sensación es que hay una tierra prometida. Tratan de ir y son explotados, o se lesionan durante el viaje de ida. Hay un vuelo diario de Estados Unidos con muchos de estos jóvenes que son capturados y deportados por entrar ilegalmente en EE.UU. Es una tragedia».
Maradiaga, que también es presidente de los obispos de Honduras, se refirió además a todos los religros que afrontan a lo largo de la “ruta migratoria”: «Muchas veces son explotados por las bandas en México. Esta es una nueva industria, los jóvenes son capturados y las pandillas demandan un rescate a sus familias en Honduras; los pobres no tienen nada que dar y muchos de ellos mueren».